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Toca, pon.
Sala Jovellanos, CENTRO CULTURAL MONTEHERMOSO KULTURUNEA. 2023

«Toca, Pon» tiene un ritmo dado a la hora de pronunciarse. El movimiento de la lengua dentro de la boca te hace decirlo de una manera rápida. El fonema “TO” surge al golpear tu lengua contra los tiendes y entreabrir los labios. Mientras que para “CA”, la lengua se retrae y desplaza al piso blando de la boca, resonando en el paladar. Y cierra con el sonido “PON”, cuando tus labios vibran entre sí, alargándose. Estas dos palabras disponen en sí de un juego rítmico, incluso incitan a ver quién lo dice más rápido. Comienzas a pronunciarlo de una manera inconsciente, más veloz, cada vez.

Toca,   Pon. Toca,  Pon. Toca, Pon. Toca,Pon. TocaPon...

Es el sonido que reverbera en la sala expositiva generando un ritmo. Ritmo vinculado a la idea de trabajo, pues  ya la pronunciación de esta nos hace realizar un ejercicio.

Un cuerpo que vive dentro de un compás cotidiano que lo va transformando. Las acciones diarias nos hacen ser parte de la estructura principal que rige la sociedad contemporánea: el trabajo. Animal laborans. La producción, la actividad, genera armonía y discordancia, cadencias tensionadas. ¿Cómo mutan nuestros cuerpos en este (des)concierto?

Toca,   Pon. Toca,  Pon. Toca, Pon. Toca,Pon. TocaPon...

Me parece interesante reflexionar cómo las corporeidades van cambiando de una forma diaria, constante, persistente. A veces sin que nos demos cuenta, apenas percibimos que somos parte de la maquinaria social impuesta y sus prestaciones. Adquirimos las características dadas del sistema, pasamos a ser parte del juego vital ya estructurado. Nada diferente dentro de la historia social, pero sí novedad en la conformación por una constante que se repite, ahora.

Te levantas cuando suena la alarma. Caminas un recorrido determinado hasta tu objetivo: el trabajo. Ese recorrido tiene unas características que van cambiando tu cuerpo. Tus músculos se van adaptando al medio, a la necesidad que tiene el cuerpo para poder realizar esa acción todos los días. El cuerpo vive en una emulsión de efectos. El cuerpo no sólo se transforma para aquello que le ordenamos hacer constantemente, también se modifica y deteriora en el tiempo y en la repetición de la acción.

Toca,   Pon. Toca,  Pon. Toca, Pon. Toca,Pon. TocaPon...

Joey Ordóñez analiza y reflexiona en cómo las acciones frecuentes relacionadas con nuestro trabajo diario conforman los cuerpos. Nos muestra en esta exposición el juego combinatorio articulado en el trabajo.

Compartiendo con él, los tipos de trabajos que realizamos ambos, pensamos en las cadenas de producción. Desde los procesos fordistas al talentismo, somos conscientes de cómo nos meten desde un ritmo y secuencia pautado en el juego para la ejecución de la labor vinculando los cuerpos, orgánicos y materiales. En sus intervenciones late las afectaciones de unxs a lxs otrxs. Confluyen en que necesitas al otrx, como este otrx tiene la necesidad de ti, para poder articular el dispositivo determinado. Una vinculación desde la exigencia de interrelación, que conforma las corporeidades de manera cognitiva y sensitiva, no sólo en su materialidad física.

Dentro de la exposición entrevemos y palpamos la tensión que vive el cuerpo contemporáneo desde el postindustrialismo. Cómo el trabajo transforma al sujeto y éste adquiere su identidad desde ese hacer. La efectividad del juego deviene cuando la labor es la vida misma. Disciplinamiento ante el que Joey Ordóñez propone otras articulaciones, desde la posibilidad. Las multitareas laborales se convierten en multiplicidades materiales. Las secuencias que atrofian cuerpos son dislocadas en su obra biomórfica. Nos propone jugar con los ritmos que trastornan y producir cadencias alternativas. Pensemos juntxs en los posibles cuerpos afectadxs.  

Toca,   Pon. Toca,  Pon. Toca, Pon. Toca,Pon. TocaPon...

 

Texto por Irati Inoriza

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